Copenhill. Una pista de esquí sobre el techo

La nueva planta de termovalorización realizada en la isla de Amager e inaugurada en octubre de 2019 es un ejemplo de la política urbana, fundada en principios de sostenibilidad, cuidado del medioambiente y lucha contra los cambios climáticos, que Copenhague está desarrollando para convertirse en la primera ciudad con cero emisiones de carbono del mundo antes de 2025. 
Se inició en 2011, con la publicación del concurso internacional para sustituir el antiguo y obsoleto incinerador activo desde hacía más de 40 años en la isla de Amager que, situada entre el continente y la cercana Malmö, es la meta habitual de quienes aman el deporte y la naturaleza. 
La planta "waste-to-energy" de última generación es una de las más avanzadas del mundo y fue proyectada por los ingenieros de Ramboll para garantizar alta eficiencia y emisiones mínimas. Copenhill genera calor utilizando el agua y la electricidad incorporada a la red. Asimismo, el 15% -  20% de los desechos combustionados se vuelven a utilizar para construir las carreteras. Además de ser una de las obras ya completadas en el sector medioambiental en los últimos años por la capital danesa, en 2019, el termovalorizador se convirtió en un punto de interés urbano gracias a la icónica arquitectura diseñada por el estudio de Bjarke Ingels. 
El arquitecto revistió el edificio, al que dan forma las máquinas que alberga en su interior, con un brillante envoltorio perforado y compuesto por elementos rectangulares de acero inoxidable. El elemento por el que esta planta resulta absolutamente innovadora es su cubierta: una rampa de 600 m de largo que, desde la cima situada a 85 m de altura, conduce al nivel del terreno curvando dos veces. 
El proyecto de BIG y de los paisajistas SLA Architects transformó el edificio en un parque urbano que da forma a un concepto que parece pasar inadvertido: es un termovalorizador tan limpio que hasta se puede practicar deporte al aire libre debajo de una chimenea. 
SLA Architects reprodujo un área de montaña con pendientes, tierra, hierba, rocas, árboles y pequeños arbustos, entre los cuales se pueden practicar varios deportes en todas las estaciones: senderismo, running con pendientes y paseos, pero también escalada al aire libre (sobre la pared equipada realizada sobre una parte del revestimiento exterior). La pista de esquí que ocupa gran parte del descenso tiene tres recorridos con distintos grados de dificultad y remontes abiertos al público todo el año, puesto que sobre la capa sintética que recubre las pistas se puede esquiar incluso sin nieve. 
La terraza panorámica y el café de la cima del edificio son la meta ideal para pasar un momento agradable incluso aunque no se haga deporte.
Durante el día, la luz natural penetra por la rejilla metálica e ilumina el interior del edificio haciendo brillar el acero inoxidable utilizado. Durante los largos periodos de oscuridad, la iluminación artificial permite reconocer perfectamente el edificio en el paisaje.
Jesper Kongshaug eligió los proyectores Platea Pro, con una mezcla de ópticas distintas a 4°,12° y 28°. Las luminarias están instaladas a gran altura, sobre la cobertura del edificio y en el vértice de la chimenea para iluminar de manera homogénea las pistas y ofrecer la máxima visibilidad de los recorridos. Los proyectores disponen de un apantallamiento antideslumbramiento y están instalados en grupos de 5 sobre un sistema de enganche exclusivo. Las luminarias Platea Pro también se han aplicado a lo largo de la circunferencia de la chimenea. La altura supuso un auténtico desafío, tanto en cuanto a instalación como a control del efecto deseado.  A lo largo de los senderos que dan acceso a la cima del edificio, la luz de los proyectores Miniwoody con óptica flood a 40º es menos difusa. Se han instalado sobre postes especiales, que iluminan los recorridos peatonales, utilizando cuerpos de empotramiento que permiten adaptar la inclinación en función de la pendiente de la colina para satisfacer plenamente las exigencias del cliente y del diseñador de iluminación y, al mismo tiempo, divertir a los habitantes de Copenhaguen.