La bodega Perelada

El paisaje y la tierra son la columna vertebral del proyecto arquitectónico ideado por el estudio RCR Arquitectes (Pritzker Prize en 2017) para las bodegas Perelada. 
El proyecto de la nueva bodega se remonta 20 años atrás, cuando la familia Suqué Mateu decidió confiar en RCR Arquitectes. Los trabajos del estudio formado por Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta se caracterizan por un diseño que se integra de manera respetuosa con el entorno circundante y genera un impacto mínimo en él: una arquitectura que desea ser invisible. En este proyecto específico, era necesario garantizar el equilibrio con "La Granja", el edificio original que es el centro de visitas. El cliente quería una construcción atemporal con una fuerte personalidad. 

Enfatizando la unicidad del terreno, el nuevo volumen semisoterrado aprovecha la pendiente. Sin soluciones retóricas y sin fachada, la nueva bodega Perelada nuestra su personalidad serena, delicada y contemporáneamente expresiva. 
Además de privilegiar una total y respetuosa integración en el entorno, el diseño arquitectónico está comprometido con la innovación y la plena sostenibilidad. 

En 2021, la nueva bodega Perelada se convirtió en la primera bodega europea en obtener la clasificación LEED® Gold por los altos estándares de eficiencia energética, que sus estructuras cumplen ya desde el momento de su construcción y que siguen garantizando tanto por funcionamiento como por mantenimiento. 
Entre las bases del proyecto destaca el uso de la energía geotérmica, el consumo eficiente de agua y electricidad, la elección de materiales y procesos sostenibles, el aislamiento térmico y el predominio de la iluminación natural. Durante las horas nocturnas, la iluminación artificial de bajo consumo está gestionada por un sistema de control avanzado. 

Tanto la iluminación natural del proyecto como la artificial fueron realizadas por Artecstudio en colaboración con RCR. Uno de los principales desafíos de la nueva bodega era lograr utilizar la luz natural debido a que el complejo es soterrado. Maurici Ginés empezó por analizar la luz natural disponible para llegar a definir la mejor solución luminotécnica en armonía con las características del lugar. Sugirió, por ejemplo, modificar el diseño de los tragaluces para mejorar la entrada de luz natural. Se eligió un perfil gótico en las aberturas: estrecho en la parte superior y ancho en la inferior. Asimismo, Artecstudio aconsejó el uso de un cristal más traslúcido que el elegido inicialmente, para que la luz entrara de manera más suave con objeto de reducir al mínimo las sombras en las zonas de trabajo. Por la noche, la luz de la luminaria iRoll 65 en versión especial de suspensión con ópticas de 50° a 80° desciende a través de las ranuras presentes en la arquitectura.

Entre las actividades de la bodega, destaca la de acoger a los visitantes que iniciarán su recorrido a diez metros de profundidad. El ritual de la visita comienza en el laberinto, donde con algunos vídeos se explica el concepto específico a partir del cual la bodega Perelada elabora sus vinos. Durante el recorrido, al igual que la vid que da origen al vino, la luz brota del terreno donde están instalados los empotrables Linealuce mini 47 con óptica wall grazing. La luz guía a los visitantes, desaparece cuando se inician las proyecciones sobre la pared y aparece nuevamente al final de cada vídeo para conducir a los visitantes hacia la sala siguiente.

En el área del lagar, que es un espacio de trabajo, se intentó mantener la relación entre la luz y la arquitectura y, al mismo tiempo, permitir la entrada de luz natural para poder trabajar a la luz del día. Artecstudio optimizó la estructura de los tragaluces (tamaño y esquinas) y el grado de transmisión del cristal para proporcionar durante el mayor tiempo posible el nivel de iluminación de luz natural recomendado para trabajar (200 lux). 
La visita continúa en la sala de las barricas donde se afina el vino. Se trata de un espacio íntimo y sereno en el que las luminarias iRoll 65 instaladas en las aberturas se combinan con la luz rasante de las luminarias Linealuce mini 47 que trepa por la pared y se extiende hacia el techo.

La forma de la pasarela desde la que se pueden ver las distintas fases de elaboración se percibe gracias a las luminarias Underscore inOut instaladas en una garganta en la parte más alta. Algunas zonas de tránsito están iluminadas con empotrables Laser Blade de dos celdas con óptica medium.
El viaje termina en el Templo, un espacio único para los vinos más especiales, los vinos de identidad de la bodega. Un lugar de sensaciones que requiere un tratamiento natural delicado y respetuoso con su esencia mística.  

En este caso, la iluminación artificial de la línea continua de luminarias Linealuce mini 47 asciende desde abajo de manera extremadamente suave enfatizando la textura de las superficies. 
Dentro de “la Granja” se creó un auditorio y espacios dedicados a la socialización, la degustación y la venta. En el pequeño auditorio, las líneas de luz Underscore delinean el perímetro. También se creó una luminaria especial llamada “Nihil” por ser realmente minimalista y se adaptó el grupo óptico de Palco Framer para permitir su aplicación empotrable. La misma combinación de luminarias se utilizó en las salas de degustación y la sala Malaveina. Las líneas de luz Underscore crean una atmósfera suave y relajada mientras la luminaria “Nihil”, instalada en algunos puntos siguiendo líneas curvas, crea un efecto decorativo sobre el techo. 

El diseño de los exteriores privilegia los espacios abiertos a la sombra de las especies vegetales típicas del clima mediterráneo. Estas áreas verdes, así como los pavimentos exteriores de color claro, protegen del calor. Por la noche, la iluminación artificial está garantizada por las luminarias Underscore inOut y Laser Blade InOut, luminarias de impacto visual prácticamente nulo que se integran por completo en la arquitectura.