La Mönckebergstrasse es una calle importante del centro histórico de Hamburgo. Es la calle preferida para ir de compras durante las Navidades.
Fue proyectada antes de la Primera Guerra Mundial aprovechando el deseo de modernización aprobado por el senado, financiada con la venta de propiedades y realizada por privados. La decisión de llevar a cabo esta intervención se hizo necesaria porque tras la epidemia de cólera de 1892, Hamburgo se convirtió en una ciudad insalubre. La demolición del barrio residencial se inició en 1906 y en 1909 se abrió al tráfico la nueva calle comercial dedicada a Johann Georg Mönckeberg, artífice del saneamiento del área tras superar una considerable oposición. Naturalmente, la iluminación de la calle ha ido cambiando a lo largo de los siglos: desde las primeras lámparas de gas, a las lámparas de incandescencia sobre las estructuras complejas de los años 30, hasta la intervención planificada y proyectada a finales de los años 80 cuando se ensancharon las aceras y la calle pasó a ser peatonal. Las farolas de cuatro metros de altura iluminaban el itinerario peatonal con proyectores que inundaban las fachadas adyacentes con una luz plana y uniforme.
Ante esta situación, en 2009, los comerciantes de Mönckebergstrasse solicitaron una intervención para caracterizar la calle y mejorar la percepción de sus prestigiosas fachadas. No querían más luz; querían una luz mejor, una atmósfera más armoniosa.
Se fundó un Business Improvement District (BID), un proyecto de participación pública y privada en el que colabora tanto la administración pública como los propietarios de los inmuebles y los comerciantes.
Se organizó una licitación para diseñadores de iluminación y fabricantes de luminarias a partir de la cual se designaron tres figuras importantes: el supervisor de iluminación Tom Schlotfeldt, presidente del jurado y asesor de la planificación de las luces del proyecto, el diseñador Torsten Fritze e iGuzzini en calidad de fabricante.
iGuzzini ofrecerá la tecnología, a través de luminarias de led, para dar forma a la propuesta de Fritze: un poste de nueve metros de altura con cabeza aplicada a siete metros que impacta por su discreción, elegancia y versatilidad.
Se inicia así un largo proceso debido a que, entre 2009 y 2020, el proyecto inicial tuvo que satisfacer distintos cambios de prioridades, expectativas, objetivos e innovaciones tecnológicas antes de poderse considerar finalmente concluido.
Ahora “Ex-centric”, la lámpara fabricada en exclusiva para este proyecto y que recibe su nombre de la cabeza desfasada respecto al centro, ocupa su lugar a lo largo de la Mönckebergstrasse. Su estructura permitió liberar el espacio. Las antiguas luminarias fueron eliminadas y unificadas. El poste tiene una altura de 9 m dividida en dos niveles: a 7 m se encuentra el anillo “excéntrico” y a partir de dicho punto el poste se afina a lo largo de los otros 2 m restantes. Debido a la altura, el tamaño y el peso de la estructura que contiene las luminarias, se realizaron pruebas estáticas y dinámicas del poste en la Universidad Politécnica de las Marcas.
Las luminarias están instaladas en el anillo: un cuerpo óptico con ópticas viarias y 12 proyectores Woody y Miniwoody de led. El anillo tiene una tapa superior realizada parcialmente con material transparente.
Los proyectores están orientados y colocados para satisfacer varias funciones: cuatro de ellos están orientados hacia abajo para crear los escenarios sobre las aceras y las fachadas, y tienen luz blanca y RGB, mientras que los ocho restantes, Woody y Miniwoody con luz blanca a 3000 K, iluminan los detalles arquitectónicos de las fachadas y las copas de los árboles.
Todas las luminarias son DALI para facilitar la gestión de escenarios dinámicos. Esta nueva solución asegura un ahorro energético del 80% respecto al antiguo sistema con lámparas tradicionales.
La estructura creada da respuesta a una exigencia específica de los comerciantes relacionada con la iluminación navideña. El poste diseñado por Torsten Fritze, gracias a los conectores especiales, permite alimentar y gestionar las luminarias que se utilizan durante las Navidades. Aunque este proceso fue largo, el resultado es un nuevo producto que valoriza el espacio urbano, no solo la calzada sino también las fachadas de los edificios y el entorno. Ahora los comerciantes pueden mostrar a quienes pasean por esta calle las características de un espacio bien definido: los techos escalonados, los detalles arquitectónicos y la atmósfera. Elementos capaces de competir con los centros comerciales.
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