La Piedad Vaticana de Miguel Ángel es una de las obras de arte más conocidas en el mundo, tan apreciada por el público como quizás solo la Última Cena y la Gioconda. La Fabbrica di San Pietro calcula que la escultura recibe entre 40.000 y 50.000 visitantes cada año. A lo largo de 2018 ha surgido la voluntad de la Fabbrica di San Pietro, representada por el Cardenal Angelo Comastri de mejorar la iluminación y permitir a los miles de visitantes apreciar plenamente la obra, además de poder tener una iluminación extraordinaria para circunstancias excepcionales y visitantes especiales. La escultura fue realizada en 1499 por un jovencísimo Miguel Ángel que afrontó una de sus primeras obras como escultor. En la tradición cristiana el tema de la Piedad se representaba con la Virgen sentada con el busto vertical, y el cadáver de Cristo se representaba más rígidamente. En La Piedad de Miguel Ángel María lleva un vestido con muchos pliegues y su rostro está cubierto por un velo drapeado; con la mano derecha aguanta a Cristo, sus dedos aprietan el tórax bajo el hombro derecho, protegiéndolo con un extremo de la capa. El rostro de Cristo está abandonado hacia atrás y su brazo derecho cae hacia abajo. Miguel Ángel humanizó profundamente los cuerpos de los dos protagonistas y los sentimientos de la Virgen. Esta obra de arte absoluta es también la única obra firmada por Miguel Ángel: en la banda que atraviesa el busto de la Virgen se puede leer: MICHEL.A[N]GELVS BONAROTVS FLORENT[INVS] FACIEBAT (La hizo el florentino Miguel Ángel Buonarroti). Ahora está en el interior de la inmensa Basílica de San Pedro en la nave derecha, en la primera capilla; pero no siempre ha estado aquí, esta es la ubicación desde mitad del siglo XVIII. La escultura está protegida por un vidrio grueso adoptado tras los daños provocados por un perturbado en 1972 y después de una larga restauración. Así pues, gran parte de los visitantes puede ver la estatua desde una distancia fija y desde una posición bien determinada. La voluntad de tener una nueva iluminación se ha realizado en el mes de octubre de 2018 con un proyecto luminotécnico del estudio Rossi Bianchi Lighting Design, puesto a punto y realizado gracias a un diálogo constante y constructivo entre todos los participantes, que han aportado su competencia y profesionalidad para gestionar esta obra conscientes de la gran responsabilidad que implica trabajar con un bien inestimable. El estudio de proyecto ha tenido como objetivo crear una visión de conjunto unitaria y coherente en la que la mirada pueda detenerse y percibir la intensidad expresiva de todos los detalles. Esto requiere una iluminación medida y compuesta que devuelva los relieves del modelo y el brillo del mármol. La intervención que ha comportado eliminar todos los aparatos anteriormente instalados, se articula en cuatro escenarios luminosos diferentes para poder satisfacer las necesidades de diferentes actividades y exigencias visuales. Cada uno de los escenarios se ha definido según los requisitos que han determinado la elección y la disposición de las nuevas luminarias: se han utilizado fuentes LED de última generación, con tono blanco cálido, (temperatura de color 3000K), con altísimo rendimiento cromático, larga duración y bajos consumos energéticos; luminarias compactas, con dimensiones reducidas, totalmente ocultas a la vista o con un impacto visual mínimo; proyectores de elevado rendimiento, con emisiones focalizadas y haces de luz de apertura extremadamente controlados para la iluminación tanto del grupo marmóreo como de la Capilla; uso de carriles electrificados instalados verticalmente, en los lados del parástade que mira al Grupo marmóreo, para permitir ubicar los proyectores a las alturas adecuadas según la dirección de los haces y el control de las luminarias; exclusión de obras de albañilería o de puntos de alimentación adicionales; máxima comodidad visual y ausencia de cualquier riesgo de deslumbramiento tanto en la visión desde el interior de la Capilla como a través del vidrio de protección; posibilidad de regular las intensidades luminosas emitidas por cada uno de los aparatos, requisito indispensable para definir y elegir los diferentes escenarios. No solo se ha intervenido en la escultura, sino también en todo el contexto de la Capilla en la que se encuentra la escultura. Los aparatos utilizados son proyectores Palco con ópticas de 12° y 26° y Palco perfilado, todos instalados en carriles Low Voltage. Para la iluminación de las bóvedas se han utilizado también líneas de luz Underscore. Las luminarias, todas DALI, se dividen en grupos de encendido que ofrecen la posibilidad de calibrar la intensidad luminosa emitida, ello permite conjugar el proyecto luminotécnico en diferentes escenarios, adecuados para realizar necesidades y actividades visuales que cambian a lo largo del tiempo, todo ello gestionado desde un sistema de control. El proyecto define situaciones luminosas alternativas indicadas utilizando los cuatro puntos cardinales sin querer atribuir a estos títulos ningún otro significado que no sea la claridad de exposición.
El escenario norte– escultural se ha centrado en proyectores Palco sobre carril ubicados al lado de los parástades. No se percibe una direccionalidad predominante y el equilibrio de los claroscuros devuelve íntegra la plasticidad de la escultura. La mirada puede detenerse en cada uno de los detalles y al mismo tiempo desde una visión general, disfrutar de la armonía del conjunto. El arco central, con los frescos de Giovanni Lanfranco está iluminado de manera uniforme con valores gradualmente decrecientes hacia los capiteles. Los arcos y las bóvedas de cañón laterales reciben una luz homogénea de menor intensidad. El Crucifijo se ilumina diagonalmente con un proyector colocado a una distancia notable en la cornisa.
El escenario este - luz de perfil se centra en un haz de luz, proveniente de un proyector instalado en el capitel lateral dispuesto al este, que ilumina de perfil La Piedad. La dirección donde incide es evidente, las sombras están marcadas. El rostro reclinado de la Virgen recibe una tenue contribución desde la parte inferior hacia arriba. La iluminación serena de las bóvedas y del fondo enmarca el grupo marmóreo. Los reflejos, vibrantes, otorgan un valor añadido al brillo del mármol con una visión sugerente, con un fuerte impacto emocional.
El escenario sur - todo encendido se ha ideado para eventos o actividades específicas para los que son necesarios valores de iluminación más elevados, para permitir percibir La Piedad también desde la nave central de la Basílica. Respecto a los escenarios anteriores, la iluminación de la bóveda central, de las arcadas y de las bóvedas laterales es más sostenida. A la iluminación rasante se añade la contribución de los proyectores frontales. Una luz tenue roza el altar. Desde arriba un proyector Palco con óptica a 26° destaca el Crucifijo.
El escenario oeste - diario se centra con proyectores de carril con una óptica de 12° ubicados al lado de los parástades. Sus haces se cruzan en ángulos simétricos para destacar la plasticidad de la obra. El fondo, iluminado de arriba a abajo, equilibra los contrastes. La bóveda central se ilumina de manera uniforme con valores que disminuyen gradualmente hacia los capiteles. Los arcos y las bóvedas de cañón laterales reciben una luz homogénea con una intensidad levemente inferior. El Crucifijo se destaca con un proyector ubicado a una distancia que reduce las sombras. Los acentos de claroscuros devuelven una percepción total coherente y unitaria, con valores adecuados tanto para mirar de cerca desde el interior de la Capilla como a una distancia mayor desde el vidrio de protección. La nueva iluminación permite leer mejor esta obra de arte y ayuda también a destacar los elementos teológicos y el carácter de devoción de la obra para poder comprenderla plenamente.
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