Después de 6 años desde la primera intervención de iGuzzini para iluminar La Piedad, la empresa vuelve a ocuparse de esta maravillosa obra: la primera escultura realizada por un joven Miguel Ángel.
Como consecuencia de la serie de trabajos previstos con motivo del Jubileo 2025, fue necesario intervenir nuevamente en el interior de la capilla del Crucifijo que alberga la escultura. Por ello, la Fábrica de San Pedro volvió a contactar con iGuzzini.
La capilla que acoge La Piedad de Miguel Ángel fue objeto de una serie de mejoras que afectaron a varios elementos. La intervención más destacada es la sustitución del cristal de protección realizado en 1973 para proteger la obra después de que fuera dañada con un martillo durante el acto vandálico del 21 de mayo de 1972. Tras cincuenta años, dicha sustitución era necesaria tanto por motivos estéticos –relacionados con la opacificación natural del material– como estáticos. La nueva protección consiste en un diafragma con sistema de anclaje de alta tecnología, compuesto por nueve cristales a prueba de rotura y de balas, de la máxima calidad y transparencia, y fue diseñada por un equipo de expertos italianos tras estudios exhaustivos. Ofrecerá una mayor protección y, al mismo tiempo, una mejor visibilidad de la obra.
Con el mismo objetivo, también se sustituyeron todos los cristales de la gran ventana de arco, presente en la pared detrás de La Piedad, por nuevos componentes con mayor rendimiento mecánico y, sobre todo, capaces de filtrar la luz y evitar reflejos en el diafragma.
Iluminación de La Piedad
Debido a las obras realizadas con motivo del Jubileo 2025, la instalación presente desde 2018 fue desmantelada. Por ello se decidió contactar nuevamente con iGuzzini, cuyos diseñadores de iluminación propusieron el uso del nuevo proyector Sipario, una luminaria diseñada y fabricada para su aplicación en espacios relacionados con los bienes culturales.
Todas las versiones tienen CRI97 y una elipse de MacAdam 2 para valorizar cada uno de los matices visibles y garantizar su conservación, elemento fundamental para la iluminación de las obras de arte.
La posibilidad de instalar al mismo tiempo tres accesorios internos y uno externo, así como el uso del sistema push&go (patente en tramitación) facilitan en extremo la realización de pruebas y comprobaciones durante las obras. A todo ello se suma el hecho de que la regulación manual y el soporte graduado permiten poner a punto el efecto perfecto. El sistema push&go está activado por una única palanca que, con un simple toque, impide la caída de los elementos ópticos y de los múltiples accesorios.
Además, Sipario permite utilizar las tecnologías wireless más importantes incluso con sensores Casambi y ORT, así como los servicios inteligentes como, por ejemplo, la función de notificación emergente.
Dentro de la basílica de San Pedro se utilizó la tecnología con cables, basada en el protocolo DALI para la gestión de la instalación.
El proyecto luminotécnico
Los diseñadores de iluminación Guido Bianchi y Nicoletta Rossi fueron designados nuevamente para verificar las posibilidades de realización y asegurarse de la compatibilidad –teniendo en cuenta el uso de un nuevo dispositivo – con el proyecto que ellos mismos desarrollaron en 2018 y que tenía como objetivo crear una visión de conjunto unitaria y coherente en la que la mirada del visitante pudiera detenerse y percibir la intensidad expresiva de cada detalle. Esto requiere una iluminación equilibrada y moderada que deje ver los relieves de la escultura y el brillo del mármol.
Nuevamente, los proyectores SIPARIO, todos ellos DALI, se dividieron por grupos de encendido con posibilidad de calibrar las intensidades luminosas emitidas y, esto, permitió desarrollar el proyecto luminotécnico con diferentes escenarios adecuados para las exigencias y las distintas necesidades visuales a lo largo del tiempo y gestionados por un sistema de control KNX. Fueron colocados sobre raíles verticales electrificados instalados a los lados de las pilastras situadas frente al grupo marmóreo y sobre los marcos. Los 4 escenarios diseñados están indicados con los puntos cardinales.
El escenario norte – escultural se basa en los proyectores Sipario de raíl colocados a los lados de las pilastras. No se percibe una direccionalidad predominante y el equilibrio de claroscuros recupera la plasticidad de la escultura. La mirada puede detenerse en cada uno de los detalles y al mismo tiempo se abre a una visión global, a la armonía del conjunto. La bóveda central, con los frescos de Giovanni Lanfranco, está iluminada de manera uniforme con valores gradualmente decrecientes hacia los capiteles. Los arcos y las bóvedas de cañón reciben una luz homogénea de menor intensidad. El Crucifijo está iluminado diagonalmente por un proyector colocado a gran distancia sobre la ménsula.
El escenario este – luz de perfil se basa en un haz de luz, proveniente de un proyector instalado en el capitel lateral al este, que ilumina de perfil La Piedad. La dirección de incidencia es evidente y las sombras, marcadas. El rostro reclinado de la virgen está iluminado de manera tenue de abajo arriba. La luz suave de las bóvedas y del fondo enmarca el grupo marmóreo. Los reflejos, dinámicos, valorizan el brillo del mármol a través de una visión sugestiva de fuerte impacto emocional.
El escenario sur - plena luz es el escenario de los eventos o las actividades especiales que requieren valores de iluminación más altos para garantizar la percepción de La Piedad incluso desde la nave central de la basílica. Con respecto a los escenarios anteriores, la iluminación de la bóveda central, de los arcos y de las bóvedas laterales es mayor. La iluminación rasante se completa con la luz de los proyectores frontales. El altar está iluminado por una luz difusa. Un proyector Sipario con óptica de 28°, instalado a la distancia necesaria para eliminar las sombras, ensalza el Crucifijo.
El escenario oeste – diario se basa en los proyectores de raíl con óptica de 10° colocados a los lados de las pilastras. Sus haces se entrecruzan con ángulos simétricos para recuperar la plasticidad de la escultura. El fondo, iluminado de abajo arriba, equilibra los contrastes. La bóveda central está iluminada de manera uniforme con valores gradualmente decrecientes hacia los capiteles. Los arcos y las bóvedas de cañón reciben una luz homogénea con una intensidad ligeramente inferior.
El sistema de control KNX se gestiona manualmente mediante 4 botones que activan los 4 escenarios: dentro de la basílica no existe Internet.
Los acentos claroscuros aseguran una percepción global coherente y unitaria con valores adecuados tanto cuando se observa la escultura desde cerca, desde el interior de la capilla, como cuando se observa a mayor distancia a través del cristal de protección.
La nueva iluminación optimiza la lectura de esta obra maestra del arte y ayuda a enfatizar los elementos teológicos y el carácter devoto de la obra para garantizar su comprensión.
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