La Ametlla de Mar, cerca de Tarragona, es una zona con una antigua tradición en la pesca del atún. De aquí procede la familia Balfegó, quien ha dado vida a una empresa familiar que debe sus orígenes y su éxito a un recurso tan valioso como es el atún rojo. Los Balfegó fueron los primeros en criar atún en esta zona y lograron superar el inconveniente que supone la pesca de temporada para ofrecer pescado de alta calidad durante todo el año.
Tras 5 generaciones, en 2002 fundaron Balfegó Grup que, en 2017, inauguró en Barcelona una tunateca donde los gourmets pueden descubrir todo un mundo que gira alrededor de este valioso recurso y que ofrece la posibilidad de participar en el Kaitai, ritual japonés durante el cual se corta un atún de más de 100 kg.
Este espacio, diseñado por El Equipo Creativo, se inspira en el hábitat del atún rojo en sus colores, sus texturas y su atmósfera luminosa, que el estudio de arquitectura reprodujo en colaboración con artec3 Studio.
El objetivo del proyecto luminotécnico era crear varios grados de inmersión con una luz tenue y dinámica que recordase los efectos del sol filtrado por el agua y los reflejos que producen los rayos del sol al encontrarse con el mar. Los 300 m2 del restaurante están distribuidos en dos niveles. La sala principal, la Diagonal, representa el mar y su elemento central es la instalación “La escuela del pescado”, un centenar de peces de acrílico suspendidos del techo. Los peces reviven a través de los reflejos creados por las luminarias, tanto de suspensión como de superficie, realizadas en exclusiva por iGuzzini e instaladas a la altura específica indicada por el diseñador de iluminación. La temperatura de color cálida y la luz reflejada por las cortinas azules evocan una red de pesca. El conjunto está gestionado por el sistema de control DMX.
En el segundo piso, se encuentran los salones privados y la sala que se utiliza durante la ceremonia Kaitai. En ella, los materiales recuerdan el color y la suavidad de la carne del atún, a través del uso de distintos tipos de madera, y la piel de este gran pez, gracias a las cerámicas de distintos matices de gris y azul que revisten las paredes.
En estos espacios, la iluminación -homogénea y difusa- tiene un origen muy preciso: las mesas reciben la iluminación central de las luminarias de suspensión iN 30 High Contrast, con emisión Up/down y un enganche personalizado que se fija a tijas rígidas. También se utilizaron algunas líneas de luz Underscore para la iluminación perimetral de las paredes, con el fin de integrar y equilibrar la emisión de los módulos centrales.
Durante el 2018, el proyecto recibió varios premios: el Commercial Interior Design Awards; el Horeca New Business Models Awards y el Codega Award. Un éxito que premia un espacio donde la experiencia gastronómica se amplía para convertirse en una experiencia global, relajante y sugestiva, gracias al equilibrio existente entre los distintos elementos que componen el espacio.
Working on a similar project?
¿Necesita más información?
Pedir más información